jueves, 28 de febrero de 2008

Episodios de un perdedor 01.

Por Buho

Al tipo -un oficinista promedio- todos los años la empresa le “obsequia” un pantalón de vestir y dos camisas.

Siempre es el último en ir a buscar sus prendas -uno o dos meses después del aviso- y por eso nunca puede elegir el color de las camisas. No es que le importe demasiado tampoco.



El tipo se demora en ir porque es una misión que no le gusta nada: esperar parado media hora para que un señor pelado y con gafas tome una cinta métrica y se la pase alrededor de la cintura, con el consiguiente peligro de roce con los genitales, o lo que es mucho peor, las nalgas.


Todos los años la misma rutina. Levantar los brazos, mirar para arriba y esperar vulnerable a ver qué dicen los números.

El comentario inevitable del señor de las gafas, invariable año a año es: “Puaaá… 2 cms. más que el año pasado… no puede ser… dejame medir de nuevo”.

“Che estás gordo loco… tenés que bajar unos kilates…”

(Si, la puta que te parió, y vos tenés que aprender a atender callado la boca, como buen viejo puto y pajero que sos).

“Je, si… me vendría bien…”

Y si hay algo que tiene la matemática, es que es medio fáctica. No falla. Casi nunca.

“Si loco, 2 cms. más que el año pasado… te voy a dar un talle más”

“…Pero… por qué no me das mejor el mismo talle, porque pienso bajar un poco este año”

“No! No! No! te voy a dar un talle más! Siempre dicen lo mismo que van a bajar este año y terminan con 3 kilos más y el pantalón apretado. Te voy a dar un talle más”

Por algo el tipo siempre es el último en ir a buscar sus prendas.

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